Queda lejos, para el ciclo vital de nuestra familia, aquel 15 de abril de 1988, en el que un grupo de jóvenes cofrades decidieron fundar una Hermandad de Penitencia, con fines de conseguir la evangelización cristiana, en la Casa de la Hermandad Mayor de Ntra. Sra. de Setefilla.

Queda lejos, aquel 25 de diciembre de 1993, cuando el Excelentísimo Arzobispo de Sevilla, D. Carlos Amigo Vallejo, aprobó las Reglas y se convirtió en Hermandad y Cofradía de Ntro. Sr. Jesucristo en su Entrada en Jerusalén y María Santísima de la Paz.

La noticia de la fundación de una cofradía en Lora, que recordase cómo la multitud salió a recibir a Jesús con palmas y ramas de olivo en sus manos, aclamándolo con: “¡Viva! Bendito el que viene en nombre del Señor”, supuso rememorar en Lora un momento estremecedoramente feliz, de lo que será la Pasión y Muerte de Cristo en la Semana Santa.

La evangelización cristiana fijada como fin de la Hermandad y el fomentar valores cristianos, supusieron un acicate más para que de forma inmediata, automática, todos los miembros de mi familia nos inscribiéramos como hermanos. Mis hijos y yo comenzamos a participar desde el primer momento, con ilusión y alegría, en la estación de penitencia del Domingo de Ramos, soportando mis hijos desde muy pequeños, a veces, el intenso calor de las primeras horas de recorrido. Esto lo hicimos porque mi mujer y yo, intuimos desde el primer momento que esta experiencia sería un incentivo más que nos ayudaría en la educación cristiana que pensábamos inculcarles a nuestros descendientes.

En nuestra hermandad, el cumplimiento del punto anterior queda reflejado en:

1º)- La colaboración estrecha con Cáritas y disponer la Hermandad de una Bolsa de Caridad.

2º)- Formar parte activa nuestra Cofradía en los Cursos de Formación Cofrade impartidos, el último el pasado 4 de febrero.

3º)- Erigirse como la cofradía favorecedora del espíritu cofrade en los más pequeños, resultando ser semilla y motivación para otras hermandades de nuestra localidad.

4º)- Cómo con la contemplación de la imaginería de Juan Antonio González García “Juan Ventura”, plasmadas en las imágenes de Ntro. Sr. Jesucristo y María Santísima de la Paz, hacen fluir profundos sentimientos religiosos desde las más tempranas edades.

Para nuestra familia, preparar las túnicas las semanas previas a la S.S., atender con puntualidad a la reserva de las papeletas de sitio, hablar y realizar trabajos y dibujos alusivos (cuando eran mis hijos pequeños), y participar en la bendición de palmas y ramas de olivo, entrega y procesión que se inicia en el Colegio de Ntra. Sra. de las Mercedes hasta la Iglesia de Ntra. Sra. De la Asunción; han supuesto el preámbulo al hecho más importante en nuestra S.S.: participar en la estación de penitencia de “La Borriquita”. Este hecho es un hito en nuestras vidas y, hoy por hoy, no concebimos una Semana Santa sin esta salida procesional. Del mismo modo, nos encanta ver, y nuestro hogar no sería el mismo, sin ver todo el año: túnicas, cíngulos, escudos, guantes…con tan acertada combinación de blanco y rojo.

Todo ha tenido como culminación que mis hijos valoren la Resurrección y Ascensión de Jesús como el acontecimiento más importante de nuestra teología, rememorado el Domingo de Pascua y que demuestra:

a)- Que Cristo Jesús venció a la muerte, y con Él, nosotros también la venceremos.

b)- La confirmación de la Verdad de las Escrituras y sus profecías.

c)- Que Cristo Jesús es Hijo de Dios y nos envía el Espíritu Santo para continuar su trabajo en la Tierra.

d)- Cómo perdona nuestros pecados, y una vez arrepentidos, Él juzgará al mundo y, los que no creen serán responsables de su desobediencia y serán condenados, y los creyentes serán recompensados según sus obras.

Finalizo animando a tener siempre presente el Evangelio de San Juan: “Yo soy la resurrección y la vida, el que cree en Mí, aunque muera vivirá, y todo el que vive y cree en Mí, no morirá”, y pidiendo a Dios que ilumine siempre a la Junta de Gobierno de nuestra Hermandad, para que lleve a cabo los Fines de la misma con óptimo acierto, eficacia y con la Bendición del Cielo.

José María Rodríguez Sorroche, febrero-18