PRESENTADOR: ¡Atención, atención! ¡Preparados todos y atentos, pues va a comenzar la función! ¡Silencio aquel señor! ¡Listo todo el mundo, las luces en su justa medida, se supone corrido el telón!
Esta es la Corte de las Sorpresas. Aquí nada es lo que parece, nadie es lo que él cree ser ni lo que vosotros os figuráis que es. Pero… ¡quién sabe!, a lo mejor al final se resuelve todo. Y ahora voy a presentaros a los héroes de esta historia. Mejor, irán presentándose ellos mismos…
BUFÓN: Yo soy el bufón más comilón y más gordinflón de todas las cortes desde el Faraón.
REY: Yo soy el rey Segismundo
el más valiente del mundo.
Sólo con aparecer,
mi enemigo echa a correr
cual si tuviera delante
un león o un elefante.
REINA: (Sale llorando)
Yo soy la reina Tomasa,
¡ay, no sé lo que me pasa!
Quiero reir y no puedo:
me sale un llanto de miedo.
PRESENTADOR: (Gesticulando)
Le pasa por descontado,
que no anda bien del tejado.
DOCTOR: Yo soy el doctor don Bruno,
de los sabios el número uno,
¡soy genial, soy un portento!
PRESENTADOR: (A los demás) ¡No hagáis caso, todo es cuento!
Pero, ahora: Mirad al barón inglés,
el novio de la princesa,
a este lo presentaré,
porque como veréis, en principio,
sólo sabe decir yes.
Ved qué barba tan espesa
y qué gesto de ciprés.
BARÓN: (Muy serio y con voz grave)
¡Oh, Yes!
HADA REAL: Yo soy la real hada,
la que a todos ayuda
y nunca se enfada.
PRINCESA: Yo soy la princesa Anita,
aunque no soy la más pequeñita.
PRINCESITA: La más pequeñita está aquí
y por eso no sé por dónde
esta comedia va a ir.
BUFÓN: Elenita se llama,
y como veis es tan bella
como su hermana.
HADA REAL: En este palacio real
nunca me falta trabajo,
y eso para mí es ideal.
BUFÓN: Ya conocéis a los personajes de nuestra historia. El rey más valiente del mundo, la reina que quiere reír y llora, la hermosa princesa, su hermanita, el doctor vanidoso, el hada real, el barón inglés que sólo sabe decir yes… ¡ah! y yo y mis kilos de más.
Se escucha una música suave (Fragmento de “Melchior Frank” por René Clemencic/ tiempo 0:52) y se colocan los actores en sus puestos, desaparece paulatinamente para dar paso al diálogo:
REY: Pero, ¿Dejarás de llorar de una vez?. No sé cómo no te cansas.
REINA: ¡Ay! No lo puedo remediar.
REY: A lo mejor te duele una muela.
REINA: No.
REY: Pues algo te tiene que doler para llorar de ese modo.
REINA: Esto es cosa de magia.
HADA REAL: ¿Alguien me llamó?, creí oír la palabra magia…
DOCTOR: (Entrando) Majestad…
REY: ¡Hola doctor!, le he hecho venir desde tan lejos porque me han dicho que era usted un sabio.
DOCTOR: Y le han informado bien.
REY: Pues a ver si cura usted a la reina.
DOCTOR: La curaré. Vamos a ver ese pulso, señora. (le toma el pulso) cuatro mil doscientas pulsaciones. Normal.
REY: ¿Cómo normal? ¡Eso es una barbaridad!
DOCTOR: Cuatro mil doscientas pulsaciones a la hora que vienen a ser setenta por minuto.
REY: ¡Ah!, eso ya es otra cosa.
DOCTOR: Veamos esa garganta. (La reina abre la boca y el doctor mete poco menos que las narices en ella) Diga: “aaa…”
REINA: “Aaa…”
DOCTOR: “Eee…”
REINA: “Eee…”
DOCTOR: “Iii…”
REY: ¡Basta ya!. ¿Es usted doctor o maestro de escuela?
DOCTOR: Muy bien, ya puede cerrar la boca.
REY: ¿Tiene algo en la garganta?
DOCTOR: No, sólo la campanilla. ¿Qué tal anda de apetito?
REY: Come como una lima.
DOCTOR: Buena señal. ¿Qué síntomas tiene?
REY: Algo muy extraño, doctor. Quiere reír y llora. Se pasa el día soltando el moco.
DOCTOR: Lo que me temía. Llantum irrisorium. Hay una verdadera epidemia.
REY: ¿Y eso es grave, doctor?
DOCTOR: Grave, lo que se dice grave, no; pero es muy contagiosa.
REY: (Dando un respingo y situándose al otro extremo de la escena)
¡Contagiosa! Con lo aprensivo que soy yo. Me veo soltando el moco. Es preciso aislar a la enferma.
DOCTOR: Extenderé una receta.
REY: Aquí no; llevaremos a la enferma a su habitación y allí extenderá usted lo que quiera.Vayan los dos por delante que yo les seguiré. (Se van)
HADA REAL: (Aparece y habla aparte) Aquí se trama algo. ¿Qué será?, pasan cosas muy extrañas… o dejo de ser el hada de esta casa o soluciono este enredo. Mi sentido de servicio me obliga a emplear todas mis artes en ello. Me concentraré con ayuda de mi varita mágica. ( Cierra los ojos, levanta la varita mágica y piensa, por fin exclama)
¡Ah!, esto va saliendo mejor de lo que yo podía pensar. Libraré a la princesa de ese barón inglés. El rey quiere casarla con él porque tiene dinero, pero ella le aborrece. Haré cambiar al rey para que case a su hija sólo si hay amor.
REY: Pues sí que estamos listos con la enfermedad de mi señora. Sólo eso nos faltaba. ¡Si al menos no fuera contagiosa!, pero a mi que todo se me pega… tendré que aplazar la boda de mi hija con ese barón inglés. Ella no lo puede ver ni en pintura, pero tiene mucho dinero. (Pausa). ¡Caray!, me parece que ya se me está contagiando la enfermedad de la reina. Siento unas ganas terribles de soltar el moco. (Rompe a llorar), ¡Si ya lo sabía yo, tenía que contagiarme hombre!, a mí todo se me pega…¡Ay! ¡Ay!… ( Se va llorando desconsoladamente).
BUFÓN: No sé que pasa,
que todo sale bien en esta casa,
si el rey está enfermo,
pronto veremos lo bueno.
Aquí nada es lo que parece,
todos se llevan lo que se merecen,
no olvidemos que estamos
en la Corte de las Sorpresas,
a todo aquel que la observa,
va esta corte y lo embelesa.
El escenario se quedará solo y cantarán todos entre bastidores la canción que vemos a continuación.
Nada es igual
a como aparece
muchas caras tiene
la vida en realidad.
No te fíes de
lo primero que tu pienses
todo puede ser
distinto de verdad.
Suena una música de corte (Fragmento de “Tielmann susato” por René Clemencic/ tiempo 0:55) y aparecen la reina, princesa y la princesita sentadas cosiendo o bordando, la reina habrá dejado de llorar y actuará con toda normalidad. La música desaparece para dar paso a los diálogos.
REINA: ¿Tú crees que dará resultado el plan del bufón?
PRINCESA: ¡Claro que sí mamá!, tengo plena confianza en él.
REINA: ¡Calla, ahí viene tu padre!, ¡A llorar se ha dicho! (Se ponen a llorar las tres, la princesita también está en escena).
REY: (Entrando) ¡Cielos, vaya trío! (Llora él también).
PRINCESA: ¡Ay, papá…!
REY: ¡Pobres hijas mías!, tu madre nos ha contagiado a todos, ¡Ayyy…!, ¡Ayyy…!
REINA: Y yo… yo que culpa tengo (Llorando)
REY: Ninguna mujer, ¡Ay!… esto parece un velatorio.
Sale el barón y los mira perplejo.
REINA: El barón…
REY: ¿Qué?
REINA: El barón…
REY: (Reparando de pronto en su presencia). Ah, sí, el barón… ¡Ay!, ¡Ay!
BARÓN: ¡Oh, yes!
REINA: (Llorando). Menos mal… que no entiende nada.
PRINCESA: (Llorando) No sabe… decir más que yes.
PRINCESITA: (Llorando, interrumpe para dar un suspiro). ¡Ay!, Qué buena mujer va a coger
para no saber decir más que yes.
REY: Yo creo que es algo idiota.
BARÓN: ¡Idiota será usted!
REY: ¡Anda, pero si habla español!
BARÓN: Sí, señor, hablo su idioma. Y le diré más: ni soy barón, ni soy inglés, el único título que tengo es el de maestro albañil y nací en Alcolea.
REY: (Llorando) ¡Ay!.. pero ¿Qué me dice?
BARÓN: Y aún le diré más: no me casaría con su hija ni por todo el oro del mundo. Esto parece un manicomio. ¡Hasta nunca! (Se va)
REY: (Llorando sin consuelo). Esto es el fin… ¡El fin!, ¡Aaayyyyy…!
REINA: (Dejando de llorar y con cierta sonrisa en la cara). No te preocupes, todo saldrá bien.
PRINCESA: (Dejando también de llorar y con cierta sonrisa en la cara).
¡Ánimo papá, que la cosa no es para tanto!
REY: (Muy sorprendido) Pero… ¿Qué veo?, ¡Habéis dejado de llorar las tres!
PRINCESA: (Muy risueña) Sí, papá.
REY: ¡Os habéis curado. Ese doctor es un genio! (Llorando). Ahora tendrá que curarme a mi… ¡Ayyy…!
REINA: ¡Jesús! Parece que nos va a tragar.
PRINCESITA: Calla papá, y escucha bien a la hermana que pretende explicarte todo.
PRINCESA: Es verdad, escucha: no tendrá que curarte nada porque no padeces enfermedad alguna.
REY: (Dejando de llorar) ¡Ah, no!, ¿Estás segura?
PRINCESA: ¡Claro que lo estoy! Mamá tampoco estuvo nunca enferma, de modo que nada pudo contagiarnos.
REY: No sabes el peso que me has quitado de encima, ya me dolía el cuerpo de tanto lloriqueo. (Mirándolas muy severo) ¿Y entonces, a qué vino toda esta comedia?
PRINCESA: Para no casarme con el barón, sólo con verlo me dan náuseas.
REY: (Sorprendido) Tu madre también estaba metida en el ajo, claro.
REINA: Por supuesto. Sigue explicándole hija, yo voy a buscar al bufón. (Sale).
REY: Pero ¿aún hay más que explicar?
PRINCESITA: Sí papá, aún quedan algunas cosas que tu no conoces.
PRINCESA: Te las voy a desvelar todas. Verás… el doctor no es doctor.
REY: ¿Ah no?. ¿Y entonces qué es?
PRINCESA: Es viajante y nació en La Puebla de los Infantes.
REY: ¿Y qué hace un viajante en mi casa?
PRINCESA: Lo contrató el bufón para hacer de doctor.
REY: ¿El bufón?, ¿y qué pinta el bufón en todo este enredo?
PRINCESA: Es que el bufón, tampoco es bufón.
REY: ¡Caracoles!, aquí nadie es nadie. A este paso va a resultar que yo tampoco soy rey.
PRINCESA: Y no lo eres.
REY: ¡Si que lo soy! , ¡de eso no me apeo!. Vamos a ver: ¿no hay rey del chocolate? ¿no hay el rey del cacahuete? , ¡pues yo soy el rey de las galletas!
PRINCESA: Ni siquiera eso, papá, tus fábricas están cerradas.
PRINCESITA: Aunque no por no pagar impuestos, ni por delito ecológico…
PRINCESA: Ni por fraude al consumidor, ni por sanciones de la inspección de trabajo…
REY: Ya hijas, ya… Ha sido por falta de dinero. Por eso quería casarte con ese barón, para echarlas a andar y así muchos puestos de trabajo poder dar.
BARÓN: (Entrando) ¿A qué hora sale el AVE para Madrid?
REY: A las doce y cuarto.
BARÓN: Me voy a hacer las maletas. ¡Ah! , acabo de enterarme que no tiene usted ni un céntimo.
REY: Es cierto, mucha gracia no me hace.
BARÓN: No importa, yo también estoy arruinado, de modo que quedamos empatados. (se va)
Entra el bufón sin disfraz, ahora es un joven apuesto y elegantemente vestido.
REY: ¿Quién es este joven?
PRINCESA: Es el bufón.
REY: ¿El bufón?
BUFÓN: Sí, señor, era el bufón, porque ya dejé de serlo.
REY: Supongo que trabajarás en algo.
BUFÓN: Si señor, soy empresario y tengo diez fábricas de azúcar.
REY: ¿De azúcar? ¡Qué dulce resulta oír eso! (cogiéndolo amigablemente por el hombro) . Oye, ¿Sabes que tu y yo podríamos hacer muy buenos negocios?
BUFÓN: ¿Usted cree?
REY: ¡Pues claro, hombre! ¿No sabes que uno de los principales ingredientes de las galletas es el azúcar?
BUFÓN: Lo se, lo se.
REY: Pues si nos asociáramos podríamos hacer fortuna. Yo soy el rey de las galletas. Tengo más de treinta fábricas.
BUFÓN: Cerradas.
REY: Cerradas, sí; pero con tu azúcar, mi experiencia y mi talento podríamos hacerlas funcionar.
BUFÓN: Aceptado, pero con una condición.
REY: ¿Cuál?
BUFÓN: Que me conceda usted la mano de su hija.
REY: Eso tiene que decidirlo ella, no puedo casarla contra su voluntad.
PRINCESA: ¡Pero si yo quiero papá!, nos queremos desde hace mucho tiempo.
REY: ¡Vaya! Y yo subido a la higuera. Está bien, voy a darle la noticia a tu madre. (Sale de la escena)
BUFÓN: ( Abrazándose a la princesa) ¡Lo hemos conseguido!
PRINCESA: Si, lo hemos conseguido gracias a ti.
BUFÓN: Gracias a mi, no; gracias al amor, que todo lo puede.
HADA REAL: (Entrando) Señora…
PRINCESA: ¡Hola Isabel!, ven , voy a presentarte a mi novio.
HADA REAL: Tanto gusto, tiene usted cara de bueno.
BUFÓN: ¿De qué conoces a esa mujer?
PRINCESA: ¿De qué la conozco? ¡Si es como de la familia!, me ha visto nacer al igual que a mi hermana. ¡Cuántas veces, cuando era pequeñita, me he quedado dormida en sus brazos!
PRINCESITA: Aún recordamos sus nanas, sus cuentos e historias, como por ejemplo:
Esta niña chiquita
es muy linda y bonita, Bis.
y nunca está,
en casa solita.
PRINCESA: O como este cuento: Érase una vez un príncipe que se enamoró de una princesa y le dijo al rey que si se podía casar con ella y el rey le respondió que si mataba al dragón que atemorizaba el reino, pues daría su cosentimiento. El príncipe mató al dragón y el rey le concedió la mano de su hija. Y vivieron felices y comieron perdices.
BUFÓN: Y yo que creí que nos iba a complicar la vida esta hada tan decidida.
PRINCESA: ¡Estoy tan contenta!… venid, vamos a juntarnos con los demás.
(Salen los cuatro y entra el presentador)
PRESENTADOR: ¡La corte de las sorpresas!, ya habéis visto que nada es lo que parecía ni nadie lo que figuraba ser. ¿Fantasía? ¿Realidad? … ¡Qué más da! ¿No serán acaso la misma cosa? Y con esto, y la danza que viene ahora para celebrarlo, colorín colorado, la farsa ha dado su fin y bailaremos todos del uno al otro confín.
Salen todos y bailan al ritmo de la canción medieval: “Trois Branles de Bourgogne” Tiempo: 1:52, de Danzas del Renacimiento.
En Lora del Ría a 12 de noviembre de 2.003.
MEMORIA DEL TALLER DE TEATRO:
“EL MERCEDARIO”
NIVELES EDUCATIVOS DEL ELENCO: 5º y 6º de Primaria, y 3º de Ed. Infantil.
Título: “La corte de las sorpresas” y el entremés “La manta”
Autor: La primera es una adaptación. “La manta” es de la fábula francesa medieval: “La housse partie”
Argumento: “La corte de las sorpresas” trata de un rey arruinado que quiere solucionar su problema, casando a su hija con un rico barón inglés. Todos conspiran para favorecer un desenlace donde haya amor y no haya interés. Finaliza casándose la princesa con el bufón, que resultará ser un rico hombre de negocios.
“La manta “ representa un tema de gran actualidad: El abandono de ancianos.
Fecha del inicio y periodicidad de los ensayos: Una hora semanal desde el miércoles, 5 de noviembre de 2.003 hasta la fecha del estreno, de 16 a 17 horas.
Fecha del Estreno: Día: viernes, 18 de junio a las 21.30 h. Escenario: Patio del Centro.
Fecha del Reestreno: Día: martes, 22 de junio a las 22.30 horas. Escenario: Escuelas Nuevas.
Antonio Lira Garcé, 6º de Primaria. Barón inglés.
Ana María Rodríguez Rodríguez. 5º “ “ Princesita y madre.
Ana María Picó Cáceres. “ “ “ Princesa.
Francisco Aguilar Rueda. “ “ “ Bufón.
Elenco: Cándido Lahoz Recuero. 6º de Primaria. Abuelo.
Manuel Rodríguez Rodríguez.3º de Infantil. Niño.
Lucía Martín López. 5º de Primaria. Reina.
Jesús Pérez Sánchez. “ “ “ Narrador y doctor.
Miriam Suárez Ruda. “ “ “ Hada real.
José María Rodríguez Rodríguez.6º de Prim. Rey y padre.
Maquillaje y vestuario (figurinistas): Las madres respectivas.
Atrezzo o utillería: Aportada por cada personaje: ( Coronas, joyas, espadas, manta, tijeras, gafas, sillones, …)
Música: Fragmentos de “Melchier Frank” y “Tielmann susato” de René Clemencic, música ecléctica creada por los propios alumnos y fragmento de Trois branles de Bourgogne.
Equipo de Escenografía y Decorado: Todo el elenco.
Continuación de la actividad: Debido a que la satisfacción de todas las personas implicadas ha sido óptima, al igual que el público que la ha presenciado, nuestro deseo es continuar el curso próximo con el taller.
Coordinador y apuntador: El padre de alumno José María Rodríguez Sorroche.
Lora del Río a 25 de junio de 2.004